Bacterinas para ganado

Particularmente, las vacunas son productos elaborados con microorganismos como protozoos, bacterias o virus que se administran a las especies para generar anticuerpos y proteger contra enfermedades en específico, dotando a los bovinos de inmunidad. Lo usual es realizar las aplicaciones de forma preventiva, antes de que el ganado se vea afectado por las infecciones y así evitar grandes pérdidas a nivel de productividad.

De tal forma, se pueden encontrar vacunas compuestas por organismos vivos y otras con entes muertos o inactivados por procesos físicos- químicos; este último caso es el que refiere a las bacterinas para ganado bovino. El uso de las mismas se lleva a cabo por los beneficios que pueden ofrecer, como por ejemplo, la escasa necesidad de cuidados especiales tras su aplicación.

¿Cuáles son las características de las bacterinas para ganado bovino?

En líneas generales, una vacuna está compuesta por el antígeno o microorganismo y una sustancia, llamada adyuvante, que garantiza una acción efectiva de la medicina. Ahora, las bacterinas para ganado bovino se caracterizan por:

• Usan formaldehído para matar la bacteria y alumbre o hidróxido de aluminio como adyuvante.

• Son inocuas y seguras, pues no generan infección; esto último las hace perfectas para animales en lactancia o gestantes.

• Requieren ser aplicadas en dos momentos, contando con una primera aplicación (donde se genera un proceso de sensibilización) y su posterior refuerzo.

• Pueden mejorarse al integrarles antígenos purificados.

• Ofrecen inmunidad de corta duración y deben aplicarse periódicamente, entre 2 o 3 veces al año dependiendo de las circunstancias en particular.

¿Qué tipos de bacterinas para ganado existen?

En lo referente a bacterinas para ganado bovino, se pueden encontrar dos grandes tipos: las autógenas y las polivalentes. Las primeras son aquellas que pueden considerarse como personalizadas, pues se elaboran a partir de cepas aisladas de animales enfermos de un lugar en particular.

El proceso para su formulación implica la identificación de los patógenos y su posterior caracterización, estos se dejan crecer, se inactivan y asocian al adyuvante para ser aplicadas en los sitios específicos donde se recolectaron.

Por su lado, las bacterinas polivalentes se elaboran con una mezcla de diferentes antígenas, por lo cual no son tan selectivas y tienen un mayor espectro de actuación, teniendo un impacto estimulante en el sistema inmune, aumentando la resistencia a las infecciones.

Es importante tener presente que, independientemente del tipo de bacterina empleada, su uso de por sí no implica la erradicación total del problema; hace falta la elaboración de un seguimiento y plan de re vacunación para evitar las vulnerabilidades.